Etapas de desarrollo y rabietas más comunes
Las rabietas no son iguales en todas las edades. A medida que los niños crecen, cambian sus necesidades, su lenguaje y sus capacidades emocionales, lo que también modifica la manera en que expresan la frustración.
Rabietas en niños de 1 a 3 años
En esta etapa, los niños están descubriendo su independencia. Quieren hacer las cosas solos, pero todavía no tienen las habilidades necesarias. Esto genera choques constantes con los adultos.
Algunas causas frecuentes de rabietas en esta edad son:
- No poder comunicarse con claridad.
- Frustración al no lograr una tarea.
- Hambre, sueño o cansancio acumulado.
Rabietas en niños de 4 a 6 años
A partir de los 4 años, los pequeños tienen más lenguaje y comprensión. Sin embargo, aún les cuesta regular sus emociones fuertes. Sus rabietas pueden incluir más palabras (como “¡no quiero!” o “¡es injusto!”), además de llanto y gritos.
En esta etapa, los niños también empiezan a probar límites y pueden exagerar su comportamiento para llamar la atención.
¿Qué pasa en la etapa escolar?
Cuando ingresan al colegio, muchos niños ya tienen mayor control emocional. Sin embargo, pueden aparecer rabietas relacionadas con:
- La presión académica.
- Los conflictos con compañeros.
- La dificultad para aceptar normas nuevas.
En estos casos, más que una simple rabieta, es importante observar si se trata de un problema de adaptación escolar.
Señales de que una rabieta es normal
No todas las explosiones de enojo son motivo de preocupación. Una rabieta es parte del desarrollo normal si:
- Dura unos minutos y luego el niño se calma.
- Ocurre en situaciones predecibles (cansancio, hambre, frustración).
- No afecta gravemente la convivencia familiar.
La mayoría de los niños superan esta etapa de forma natural cuando desarrollan más lenguaje y autocontrol.
Estrategias para manejar las rabietas con calma
Enfrentarse a una rabieta puede ser muy estresante. Sin embargo, la reacción del adulto es clave para no intensificar el conflicto. Estas son algunas estrategias efectivas:
Técnicas de autorregulación para padres
- Respira profundo antes de responder.
- Recuerda que la rabieta no es un ataque personal.
- Evita gritar, porque solo aumentará la tensión.
Herramientas de comunicación positiva
- Valida las emociones del niño con frases como: “Entiendo que estás enojado”.
- Habla con calma y en voz baja.
- Ofrece alternativas simples: “Puedes elegir este juguete o este otro”.
Métodos de disciplina respetuosa
- Mantén límites firmes pero sin violencia.
- Usa consecuencias naturales en lugar de castigos severos.
- Refuerza con elogios los momentos en los que el niño logra calmarse.
Lo que NO se debe hacer ante una rabieta
Hay ciertas reacciones que empeoran la situación y conviene evitar:
- Ceder siempre a las exigencias del niño → enseña que las rabietas son una forma efectiva de conseguir lo que quieren.
- Ignorar completamente al niño → puede aumentar su frustración si siente que no lo entienden.
- Castigar con dureza o humillar → daña la autoestima y la relación de confianza.
Cómo prevenir las rabietas en el día a día
Aunque no se pueden eliminar por completo, es posible reducir su frecuencia aplicando algunas rutinas preventivas.
Rutinas y hábitos saludables
- Asegura horarios de sueño regulares.
- Evita el exceso de pantallas.
- Ofrécele alimentos nutritivos y frecuentes.
Fomentar la autonomía y la elección
Dar pequeñas oportunidades de elección, como “¿quieres la camiseta roja o la azul?”, ayuda al niño a sentirse más en control y reduce la frustración.
Rabietas en lugares públicos: ¿Cómo actuar sin perder la calma?
Las rabietas en el supermercado, en el parque o en casa de un familiar suelen ser las más difíciles para los padres. La presión social puede llevar a reacciones impulsivas.
Lo recomendable es:
- Mantener la calma y no dejarse llevar por las miradas ajenas.
- Retirar al niño a un lugar más tranquilo si es posible.
- Hablarle en voz baja para evitar aumentar la tensión.
Recordemos que lo importante no es “callar” al niño en ese momento, sino enseñarle a gestionar sus emociones a largo plazo.
¿Cuándo preocuparse por las rabietas?
En la mayoría de los casos, las rabietas son normales. Sin embargo, conviene prestar atención si:
Señales de un problema mayor
- Son muy intensas y duran más de 30 minutos.
- Ocurren varias veces al día sin razón aparente.
- Incluyen conductas autolesivas o agresión extrema hacia otros.
Cuándo buscar ayuda profesional
Si las rabietas interfieren con la vida diaria, el desarrollo escolar o la convivencia familiar, es recomendable consultar con un psicólogo infantil o un pediatra especializado en conducta.
Consejos de expertos en crianza positiva
Los especialistas coinciden en que la empatía, la paciencia y la coherencia son las mejores herramientas para manejar las rabietas.
Algunos consejos útiles:
- Reconoce las emociones del niño sin dejar de marcar límites.
- No intentes razonar cuando la rabieta está en su punto máximo; espera a que se calme.
- Aprovecha los momentos tranquilos para enseñar habilidades de regulación emocional.
Recursos y herramientas para padres
Existen múltiples recursos que pueden ayudarte a entender y manejar mejor las rabietas:
- Libros de crianza positiva como Disciplina sin lágrimas de Daniel J. Siegel.
- Talleres para padres organizados por escuelas o centros comunitarios.
- Artículos y blogs especializados en psicología infantil (por ejemplo, American Academy of Pediatrics).
Preguntas frecuentes sobre las rabietas
1. ¿Es malo ignorar una rabieta?
No siempre. A veces puede ser útil no reforzar el comportamiento. Sin embargo, conviene acompañar al niño con presencia tranquila, sin ceder ni abandonarlo.
2. ¿Hasta qué edad son normales las rabietas?
Suelen ser comunes entre los 18 meses y los 5 años. Después, si persisten con mucha intensidad, conviene consultar a un especialista.
3. ¿Debo ceder para que se calme más rápido?
Ceder constantemente refuerza la idea de que la rabieta es un método eficaz para lograr lo que quiere. Lo mejor es mantener límites claros.
4. ¿Qué hago si mi hijo se golpea durante una rabieta?
Asegura su seguridad física retirando objetos peligrosos y, si es necesario, sostenlo suavemente hasta que se calme.
5. ¿Las rabietas son más comunes en ciertos niños?
Sí. Los niños con temperamento fuerte o con dificultades de lenguaje suelen presentar más rabietas.
6. ¿Se pueden evitar las rabietas por completo?
No. Son parte natural del desarrollo, pero se pueden reducir en frecuencia y manejar con estrategias adecuadas.
Convertir las rabietas en oportunidades de aprendizaje
Las rabietas pueden ser desesperantes, pero vistas desde otra perspectiva, son una oportunidad para enseñar habilidades valiosas como la paciencia, la empatía y el autocontrol.
Cuando los padres reaccionan con calma, el niño aprende que todas las emociones son válidas, pero no todas las conductas lo son. Así, poco a poco, irá desarrollando estrategias para expresarse de manera más adecuada.
En definitiva, las rabietas no son un enemigo a vencer, sino un puente hacia la madurez emocional de los hijos y hacia una relación familiar más fuerte y respetuosa.
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Soy Maria Elena Molero, psicóloga de profesión y de vocación
Brindo consultas online con servicios de 24 horas al día, para niños, adolescentes y jóvenes, donde mi objetivo es evaluar a través de pruebas, observaciones, antecedentes personales, síntomas o problemas actuales, el desencadenante del malestar y brindarte las herramientas adecuadas y adaptadas según tu proceso terapéutico.



