En la vida, todos enfrentamos momentos difíciles y desafiantes. Sin embargo, lo que nos diferencia es nuestra capacidad para enfrentar esas adversidades y recuperarnos de ellas. La resiliencia es la habilidad de adaptarse, recuperarse y crecer a partir de situaciones adversas. Aunque puede parecer algo innato, la resiliencia también puede ser desarrollada y fortalecida. Exploraremos consejos prácticos para cultivar y fortalecer nuestra resiliencia en tiempos de adversidad.
Cultiva un pensamiento flexible
La rigidez en el pensamiento puede limitar nuestra capacidad de adaptación y recuperación. Cultivar un pensamiento flexible implica estar abiertos a nuevas perspectivas y soluciones creativas. En lugar de aferrarnos a una única manera de ver las cosas, es importante considerar diferentes enfoques y ser receptivos al cambio. Esto nos permite encontrar soluciones innovadoras y adaptativas ante los desafíos que enfrentamos.
Encuentra significado en las experiencias difíciles
Buscar significado en las situaciones desafiantes puede ayudarnos a encontrar un propósito y una motivación más profundos. Al examinar nuestras creencias y valores, podemos descubrir lecciones aprendidas y crecimiento personal en medio de la adversidad. Esto nos permite encontrar un sentido más profundo en nuestras luchas y convertirlas en oportunidades para desarrollar nuestra fortaleza interior.
Busca apoyo social
Contar con un sólido sistema de apoyo compuesto por amigos, familiares y seres queridos puede proporcionarnos el aliento y la fuerza necesarios para superar momentos difíciles. Compartir nuestras preocupaciones y experiencias con personas de confianza nos brinda una perspectiva diferente y nos ayuda a sentirnos respaldados emocionalmente. Además, buscar grupos de apoyo o participar en actividades comunitarias puede conectarnos con personas que han pasado por situaciones similares y han encontrado formas de superarlas.
Soy Maria Elena Molero, psicóloga de profesión y de vocación
Brindo consultas online con servicios de 24 horas al día, para niños, adolescentes y jóvenes, donde mi objetivo es evaluar a través de pruebas, observaciones, antecedentes personales, síntomas o problemas actuales, el desencadenante del malestar y brindarte las herramientas adecuadas y adaptadas según tu proceso terapéutico.